Si te da todo igual, es fácil.
Sigue tu corazón, agarra esa cómic sans y píntala de topos.
Si te preocupas demasiado, es dificilísimo.
¡Vuelvan mañana para más respuestas vacías!
Ahora, en serio:
La complejidad del trabajo con la tipografía reside en que el texto funciona a dos niveles:
Herramienta tecnológica.
Dibujo estético.
Las herramientas tecnológicas
El texto es una tecnología que codifica información.
Nuestro cerebro se adapta a usar el texto, decodificando fonemas y mensajes complejos gracias a él. La ergonomía es imprescindible. Una buena tipografía puede acelerar o decelerar el ritmo de lectura.
Una mala tipografía puede hacer que no entendamos nada y nos sintamos lelas ante un texto.
Nadie usaría un cochecito/bici de parque para conducir por la autovía.
El cochecito de parque es una cosa estéticamente graciosa que usamos para dar una vuelta. Por eso a la hora de diseñar con texto es clave saber si necesitas transportar mucha información o gritar, decorar y llamar la atención.
La expresividad de la tipografía
Si el texto es un discurso escrito, la fuente tipográfica que usamos es la voz con la que leemos ese discurso.
Las mismas palabras pueden ser pronunciadas por voces y dicciones muy distintas. Los mismos textos pueden ser escritos con un sinfín de tipografías.
Cuando me paso de expresividad
Puede ser que tenga tantas ganas de ser expresiva y original, que me olvide de la herramienta tecnológica. Puede ser que me olvide de que que quiero que mi texto se lea.
No seas la Rosalía de la tipografía,
la expresividad de tus textos no debe impedir que sean leídos.
(videolip recomendado: Vocaliza, coño, vocaliza.)
El texto es una tecnología que lleva funcionando y perfeccionándose desde hace siglos. Aprovéchate de eso en lugar de intentar reinventar la rueda.
Toda norma tiene su excepción
Si sólo estás usando las letras para hacer dibujitos, entonces esto no se aplica porque no lo estás usando como herramienta tecnológica.
No estás componiendo un texto: estás dibujando. Y eso es otra cosa.
Esta semana te seguiré contando cómo lee nuestro cerebro y cómo afecta a la ergonomía del texto.
Y ahora, por favor, deja de hacerle ojitos a esas comic sans, papyrus, amatic, lobster… y, lo siento, la eras también. A no ser que tengas un buen motivo. En ese caso, adelante.
Pero recuerda: son tecnología, no son simple decoración.
P.S.: Si tienes ganas de salseo tipográfico, otro día te cuento por qué me parece más mala la gente que usa la papyrus frente a quienes usan la cómic sans.
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